Borrador directo en word... no en papel, de las pocas veces que cuento con una compañera electrónica para hacer un borrador... de fondo un cd de rolas chidas, dos cervezas indio encima y voy por la tercera, mi dislexia digital se acentúa, unos Camels, en la sala, estancia o como se le diga a esa parte de mi departamento, iluminada solo por la luz que entra del ventanal y por unas velas... ya es la 1:36 am... aunque este post aparecerá hasta el lunes por la tarde, si mis múltiples ocupaciones laborales me lo permiten.
Instantáneas... en estas semanas, he reido hasta las lágrimas, he llorado, he gritado, me he estresado, he tenido nudos en la garganta, he volado, he soñado... me he desesperado... momentos como para instantáneas... por el recuerdo de momentos, instantáneas intensas provocadas por llamadas telefónicas, por conversaciones por messanger, por una película... cielos... "finding neveerland"... mi cuestionario habitual se evocó a cuestionar a la gente que la ha visto y que ha llorado... el por qué de su sal líquida, ya sea durante o posterior a tal proyección... en su mayoría me he topado con que la gente ha llorado por que añoran la magia que tenía su infancia, la respuesta más triste con la que me he topado fue de alguien que me dijo que le hubiera gustado alguna vez tener un neverland, y que nunca, ni de niño tuvo un lugar así... la respuesta que más me gustó, que realmente me iluminó y me hizo el día fue: "porque sé que aún creo, por el saber que no he decepcionado a el niño que fui..."
¿Yo?, yo lloré de tristeza por la gente que no puede ver que neverland sigue existiendo, por la gente que se perdió en el camino y dejó de ver la magia, por todos aquellos niños que se sienten decepcionados de lo que se han convertido, por todas las hadas que han muerto por que no creen en ellas, por el velo que no se ha disuelto para que ocurra, por miedo a que alguien me diga que no cree en mi y desaparecer o morir... por no encontrar más hadas a mi alrededor, por todas las hadas que se dejaron tragar por el mundo, por toda la magia que nadie ve...
Hace como tres años recuerdo que hubo una alineación de planetas... recuerdo que estuve dispuesta a dar mi vida por que el velo desapareciera y pudieran convivir en una misma dimensión los humanos y los seres mágicos... sigo dispuesta... recuerdo cuanto lloré por que no pasó, ese día realmente tenía fe, ese día tenía la certeza de que ocurriría, de las pocas veces que he tenido la certeza de algo en mi vida, y quizá la única vez... esa noche estuve expectante, incluso, aun teniendo la certeza de que me tendría que sacrificar por que ello ocurriera y que esa noche absorbería el manto y junto con él me disolvería en la nada, me dormí con una sonrisa y una paz inmensa... nunca me había dolido tanto el despertar y darme cuenta que aun estaba aquí... de que nada había pasado, de que todo seguía como siempre, de que la gente seguía sin ver nada, que nada, absolutamente nada había cambiado... lloré durante días... y aun ahora sigo llorando al recordarlo...
No me he podido explicar que paso o por que no pasó... los seres del otro lado han tratado se explicarme que aun la gente no está preparada para que ocurra o que quizá se necesitaba más gente que creyera en que podía pasar o que quizá necesitaba de más seres dispuestos a absorber el manto para que ocurriera... por lo que fuera... no pasó... quizá por eso, desde entonces, me he dedicado tan afanosamente a tratar de que la gente se de cuenta de que existe la magia, de que existimos las hadas y otros muchos seres mágicos... aun estoy dispuesta a absorber el manto... es la única manera de morir que no me causa vértigo... es la única manera de desaparecer que concibo...
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I
AINDA-SERÁFIS
Es Irlanda, el siglo XV de los humanos... en el bosque, un grupo de hombres celebran etílicamente la buena caza de la temporada, alegría, danzas, comida, música...
En otro extremo un ser blanco y luminoso como la luna que refleja su brillo en su piel y con un hermoso cuerno de plata pasea magestuosamente, la brisa fresca con olor a pinos le acaricia el rostro y le agita el pelo, es de esos momentos en los que disfruta con cada poro de su piel sus paseos nocturnos solitarios...
Poco a poco el frenesí de la celebración se vuelve más estridente, a tal grado que en todos los rincones del bosque se percibe el ambiente festivo de aquel grupo...
Ello atrajo a Serafis hacia aquel lugar como si fuese hipnotizado por un canto...
- Daría mi vida si fuese necesario con tal de formar parte de esa alegría, entregaría mi corazón a cambio de que nuestras danzas, celebraciones y cantos se fusionaran con los de los humanos... nosotros solo podemos ser sus espectadores...-
Una lágrima plateada brotó de sus negros ojos, cuando sin aun comprender el porqué de aquella celebración y embelesado por la contemplación de tanta alegría, decidió que quería formar parte de aquello, que quería traspasar el velo que lo separaba de ellos
- cuanta magia brotaría del universo si no existiera este velo que nos divide...-
Gritó Serafis antes de encender la luz de su plateado cuerno, disponerse a morir y amalgamar todos sus deseos en uno solo...
Repentinamente ante los ojos de los cazadores apareció un hermoso unicornio, dejándolos anonadados y confusos, convirtiendo el estridor de la fiesta en un gélido silencio...
Segundos después, al salir los hombres de su momentánea parálisis, sus rostros se volvieron muecas de ira y pánico y armas en mano comenzaron a disparar hacia aquel ser...
Serafis confuso con tal reacción intentó defenderse y accidentalmente atravesó con su cuerno a uno de los cazadores, ello enfureció más a los hombres y estos se lanzaron con más furia en contra de el unicornio...
Seráfis corrió hacia el bosque con un marasmo en su cabeza , no entendía por que habían reaccionado así no entendía por que repentinamente se habían convertido en bestias furiosas y por que con sus ojos inyectados de sangre le habían transmitido tanto odio.
Algunas flechas atravesaron la piel de Serafis, debilitándolo poco a poco, hasta que de repente se vio acorralado en un acantilado...
Los cazadores se acercaron dispuestos a dar muerte a aquel ser... Seráfis tenía solo dos opciones, saltar o enfrentarse a aquellos hombres, no quería pertenecer más a este mundo... no podía regresar al suyo...
Se acercó hacia los cazadores como retándolos, estos retrocedieron asustados, se detuvo, dio media vuelta y corrió hacia el acantilado... saltó hacia la nada...
Poco antes de que el blanco cuerpo de Seráfis se impactara contra las rocas, su corazón se detuvo y se transformó en un intenso rayo de luz multicolor... se vio transportándose por un túnel brillante rodeado de nubes que lo absorbían, entre las cuales podía distinguir los rostros de extraños seres que, expectantes, contemplaban su paso.
Al final del túnel una fuerza intensa jaló con fuerza a Seráfis y lo comprimió... dejó de ver... dejó de sentir... dejó de ser y estar...
3:32AM
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