Un hada en el cielo…

El fin de semana pasado estuve en el cielo… curioso, después de que soy tan adogmática acabo hiendo a un lugar con ese nombre… pero en realidad ya estando ahí, si el cielo en realidad es así, no me molestaría residir en él después de mi partida de esta tierra…

El cielo es una reserva de la biosfera, es decir, según la UNESCO: “las reservas de biosfera son zonas de ecosistemas terrestres o costeros/ marinos, o una combinación de los mismos, reconocidas en el plano internacional como tales en el marco del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la UNESCO", o para que sea más comprensible, es como un a reserva ecológica pero en la cual se permite que habiten personas, siempre y cuando sus actividades no tengan un impacto ambiental…
Dicha reserva está ubicada en Tamaulipas, a una altura que va de 100 a 2500 msnm. Sobre los datos técnicos sugeriría que se visitara la página:
http://elcielotours.com/ …
Por lo pronto yo hablaré de mi experiencia en dicho viaje… el cómo llegué ahí, fue gracias al grupo con el cual estoy estudiando un curso de liderazgo ambiental (me chocan los terminajos que usan por acá), o sea que íbamos a hacer trabajo de campo, por decirlo de alguna manera.
Omitiré el rollo crónico de horarios, salidas, formas de llegar, etc, ahora si que a quien le interese, que vea la página…
Al igual que en el Taray, el viaje superó mis expectativas y quizá no en el aspecto en el que me lo imaginaba… por ejemplo, en el Taray, la idea era ver a la cotorra serrana que está en peligro de extinción, y ya estando ahí, resulta que a la dichosa cotorrita camas me la imagine por que estaba muy lejos, pero estando ahí conocí mucho sobre el daño que se esta causando a los pinos por la introducción de especies exóticas, por medio de las dinámicas de Carlos del Campo tuve una relación con el medio ambiente diferente, el recorrido interpretativo fue genial (gracias a Rubén Maroquín), etc…
En esta ocasión, mis expectativas fueron superadas, sobre todo en lo que a sociedad o humanidad se refiere… por cosas que me habían contado de el cielo, yo esperaba simplemente conocer un lugar verde, con unos paisajes geniales y una vegetación sorprendente… y lo que conocí y lo que dejó ese lugar en mi fue algo completamente diferente, que va más allá de un simple paisaje típico de lo que visualizamos como contacto con la naturaleza…
La historia de el cielo, según la gente que ahí vive, es que ellos eran una población que subsistía gracias a la venta de madera y palmilla, un poco a la siembre, y un día alguien llegó y levantó firmas para poder establecer ahí una granja abicola (de abejas) y que al poco tiempo llegaron y les dijeron que se había decretado esa zona como reserva de la biosfera y que ya no podrían talar árboles, desmontar cerros para sembrar, cortar palmilla, matar ningún ser vivo, casi casi ni pisar la tierra. Al momento de ir a reclamar el porqué de esas prohibiciones, les cuestionaron que por que reclamaban, si ellos habían firmado de conformidad de que esa zona se decretara reserva de la biosfera… o sea, los habían timado, engañado, estafado, de la manera más cruel, estupida y deshonesta posible…

Estoy de acuerdo totalmente con el rollo de detener la tala inmoderada de árboles, pero no era la forma, ni mínimamanente… De un tiempo para acá he aprendido mucho sobre el rollo de: de que sirve tener una reserva ecológica muy verde, si la gente que vive dentro de esa zona se está muriendo de hambre. Y pues ahí se ejemplificaba claramente un caso así, ya que los habían amarrado de manos y pies…
Sergio Medellín, un etnoecólogo que yo conocí, gracias a que en el. Curso de cultura Ecológica que coordino el participaba en el módulo de Biodiversidad; consiguió el apoyo de unas asociaciones de varios lados (terranostra, probatura noreste y no sé cuales otras) y se lanzó a echarles una mano a la gente de alta cima, una de las varias poblaciones comprendidas dentro de lo que es la reserva (Gómez Farías, san José, la Gloria).
Pues resulta que empezó a hacer un diagnóstico de situación (o algo así), que consistía en hablar con la gente que vivía en la zona, preguntarles sus necesidades, sus capacidades, que sabían hacer, con que recursos disponibles contaban, que querían aprender a hacer y demás, todo para que ellos mismos fueran creando proyectos alternos para poder sobrevivir aun con todo y las restricciones.
Las mujeres de alta cima fueron las primeras que se organizaron en una cooperativa y comenzaron a hacer mermeladas, licores, bordados, pusieron un restaurante con platillos gourmet, una especie de vivero y una UMA (no recuerdo exactamente que era eso, pero tenían aves de la región y plantas). Al año, las mujeres animaron a los hombres para que armaran su cooperativa y estos construyeron un hotel y se capacitaron como guías especialistas en aves, mariposas y plantas de la región. Así que la gente de Alta Cima (aproximadamente 150 personas), gradualmente fue encontrando la manera de sobrevivir sin tener un impacto ambiental, es decir, estaban cumpliendo con el ideal del desarrollo sostenible.
Para todos aquellos que no estén familiarizados con el término de desarrollo sostenible, este consiste en que exista un desarrollo económico, social y ambiental, que satisfaga sus necesidades presentes, sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones para satisfacer sus necesidades” .
(más información al respecto: http://es.wikipedia.org/wiki/Desarrollo_sostenible )

Llevo ya un rato clavándome en el dichoso tema del desarrollo sostenible y con Mónica Delgado (una instructora del dichoso curso que coordino) he tenido pláticas muy interesantes al respecto, y pues en serio que casi siempre decíamos, que chido que se hicieran así las cosas pero suena utópico, así como un buen comunismo… y de repente cuando casi casi mi esperanza sobre la posibilidad de la realización de algo así pendían de un hilo de araña… aparece Alta Cima en el cielo…

Si, no todo es, como popularmente se dice, miel sobre hojuelas. Se han enfrentado a muchos problemas, tanto para organizarse, para solucionar problemas de comunicación entre los miembros de las cooperativas, intentos de imposiciones gubernamentales, la oposición de los hombres originalmente cuando las mujeres armaron la 1er cooperativa, amenazas por que creen que están vinculados con el zapatismo, el intento de expropiación de tierras… etc… pero, tras 12 años de esa lucha por sobrevivir en esas condiciones, nunca han trabajado en números rojos, han logrado superar y resolver gradualmente la mayoría de las situaciones, han tenido un desarrollo, social, económico y ambiental sorprendente, incluso más que muchas ciudades, existe una real igualdad de géneros, en el que los hombres admiran a las mujeres aun a puerta cerrada, dicen que aunque les quitaran las restricciones, ya no regresarían a lo que hacían antes, por que es su tierra y si se la acaban, ya no tendrían nada más…

Mucha gente se hubiera quedado inmóvil quejándose del gobierno y lamentándose de su suerte, o hubiera migrado a las grandes ciudades, ellos no y eso es más de lo que mucha gente que hago hace…
Lo que me he traído d el cielo, ha sido la experiencia apenas elemental, varias buenas fotos y sobre todo, una inmensa admiración y la esperanza de que las utopías nacen de abrir la posibilidad de llegar a la realización…

Eternamente agradecida con la gente de Amigos (Angélica, Roberto, Sámara y Carlos), y aun más agradecida con Esteban y Fidel (guías interpretativos y habitantes de alta cima), Sergio Medellín, doña Viky y doña Eusebia, por su plática, por su vida y por su lucha, por la esperanza…