6.09.2005

Pablo en la dimensión de Abraxas




Después de muchos años se da un respiro y decide hacer una pausa y ponerse a pensar en su vida. Quizá se deba a que es el comienzo de su 25ª vuelta al sol, o quizá sea la cantidad de etíl que corre por su sangre y por su corre por sus venas, pero sobre todo por su cerebro, pero segundo a segundo cuestiona su vida. Entre la inestable realidad y la fusión de los sueños no encuentra un punto en común. ¿ Por qué él? ¿Por qué esa maldita manía de facilitarle la vida a los demás? Y ¿quién diablos se la iba a facilitar a él? Él tampoco lo había tenido fácil, está harto, él solo quiere vivir, amar y divertirse... lo cual se opone radicalmente a lo que dicen sus sueños, que insisten en hacerlo creer que tiene que encontrar a un ser que junto con él tiene una misión... qué absurdo sueño, pero es tan real y tangible que se siente obligado a una busqueda constante que parece que nunca terminará, incluso a veces es inconsciente, se descubre caminando por la calle observando minuciosamente a cuanta mujer se cruza por su camino como buscando reconocer a alguien. No cree en las almas gemelas, ni en medias naranjas, ni en todas esas imágenes trilladas del amor ideal, quizá en lo único que cree es en la lealtad y con todo y eso, no ha encontrado a aquel ser que sus recurrentes sueños le indican que debe buscar, a veces duda sobre que tanto sabe en realidad su subconsciente de él y de lo que quiere. Por el momento está harto de aferrarse a esa imagen, es más está harto de las mujeres y de todo lo que tenga que ver con ellas, necesita desconectarse de este mundo, de este caótico Nueva York... ha decidido largarse a algún lugar de Oriente.
Finalmente Pablo ha abordado el avión que lo llevará a Tailandia. Siempre es lo mismo, cuando el recipiente llega a tope, en lugar de eliminar el contenido innecesaria, agarra sus maletas, con todo y el recipiente lleno y toma el próximo vuelo a la primer ciudad cuyo nombre aparezca en su mente, así ha sido desde que salió de su natal Venecia hace ya 7 años. De ahí voló a Grecia, dos años después se fue a Costa Rica, después a Estados Unidos, específicamente Nueva York hasta que hoy decidió pasar su cumpleaños de cuarto de siglo arriba de un avión.
Pablo fue adoptado por una familia típica, de esas que parece que están en peligro de extinción, es decir, una familia funcional. Un día apareció en la puerta de una pareja a la cual semanas antes les habían dicho que no podrían tener hijo, así que sin la menos complicación fue aceptado, nunca se le ocultó la verdad, así que nunca tuvo el conflicto del engaño o la mentira o nada de esas historias oscuras familiares que hicieran turbia su infancia. Su papá era un ingeniero exitoso, su mamá era una adorable ama de casa. La paz y la cotidianeidad estable era lo que flotaba en el ambiente de esa casa, todo esa tranquilidad, sonrisas cordiales, cariño y respeto. Así fue durante años, hasta la fotografía apareció en la vida de Pablo y se tornó en una adicción. Fue como si de repente Pablo se diera cuenta de que no podía ver nada si no lo veía a través del lente de su inseparable Cannon, y fue a través de ella que rompió el mundo inocente y seguro en el que había vivido siempre, ya que solo conocía el mundo de su casa, el de la escuela privada en la que siempre estuvo y el de los amigos que vivían de el mismo lado de la calle que él.
Pero en su cumpleaños numero quince un tío cometió el “error”, como sus padres decían, de regalarle una cámara, y pocos días después todo comenzó a cambiar. Un día, cuando sintió que ya había fotografiado a detalle todo lo que le rodeaba, se subió a su bicicleta y con cámara y varios rollos de repuesto en su mochila atravesó la calle y anduvo por todas aquellas calles nuevas para él disparando hasta que sus piernas no lo dejaron seguir. Cada día se llegaba más lejos, cada vez se alejaba más de su hogar, en todos los sentidos, pues las calles lo llevaron a ver realidades que nunca hubiera visto si no fuera por su cámara... prostitutas, peleas callejeras, crímenes, drogas, mendigos, los bajos barrios y las noches caóticas de Venecia, y también a través de su lente se fue relacionando el resto de su ser con ese entorno, con ese mundo que se quedaba plasmado en el acetato.
Sentía como si sus padres lo hubieran tenido aislado en una burbuja de aparente perfección y lo hubieran privado de vivir realmente. El golpe más fuerte fue cuando una madrugada, Pablo robó el carro de su papá para ir a la zona roja de la ciudad, entró a una cantina de la que ya había oído hablar, un joven de su escuela que presumía de haber vivido más que cualquiera le había contado que ahí se encontraban las prostitutas más jóvenes de la ciudad y al llegar y comprobar la veracidad de tal comentario no pudo dejar de oprimir constantemente el botón que plasmaría aquellas imágenes en el papel y su mente, como si de ello dependiera su propia vista. De repente su objetivo se detuvo en una joven delgada, con cuerpo casi de niña, pelirroja, de grandes ojos azules y piel blanca, era estudiante en la misma escuela que Pablo estudiaba desde pequeño, pero nunca habían cruzado una sola palabra.
Bajó el lente de la cámara y se dirigió hacia ella sintiendo que si su corazón latía más rápido saldría de su pecho. Deseaba que no fuera real, deseaba estar confundiendo a aquella joven, deseaba regresar al carro y volver a su casa, quedarse con la duda y que esta fuese gradualmente desapareciendo, mezclada con imágenes que pudiera captar en otros lugares. Llegó hasta ella y su primer impulso fue tratar de tomar una fotografía, como si sintiera que si no era así, no podía ver bien a la joven. Ella volteó y jaló la correa de la cámara para impedir que Pablo registrara su rostro.
-¿Qué estás haciendo idiota?
-¿Qué estás haciendo tu? ¿Qué haces aquí?
-Trabajando, ¿no ves? ¿Qué, quieres un servicio especial?

Pablo se acercó más y quedó cara a cara con ella, se pudo dar cuenta de que sus pupilas estaban escesivamente dilatadas y su aliento tenía un extraño aroma seco y pastoso. Ella trató de alejarlo de sí, pero él la agarró de los hombros y la forzó a dirigir su mirada hacia él.
-¿No me reconoces? Soy Pablo, estudiamos en la misma escuela.
-¿Y? No por ello te voy a hacer descuento.
-No quiero sexo
-Entonces déjame en paz, tengo que trabajar.
-Margarite, así te llamas ¿no?
-Si
-Dame un poco de tu tiempo
-Pues mi tiempo cuesta, 10 liras por hora y si no estás dispuesto a pagar no me hagas perder el tiempo...
-Está bien, te pagaré pero vámonos de aquí, vamos a la cafetería que está cruzando la calle.
-Pero la paga es por adelantado... mejor vamos al hotel de aquí arriba, si después quieres algo más, odio los lugares públicos para eso.
-¿No entiendes? Sólo quiero hablar contigo.
-Está bien, no te enojes, vamos a la dichosa cafetería, pero el cobro será el mismo que si fuera servicio completo.
Entraron a la cafetería y hablaron durante toda la noche, él no entendía por que Margarite estaba ahí.
- De alguna manera tengo que pagar la escuela ¿no?
le contó que su madre también trabajaba en la zona, pero que ella quería estudiar para salir de ese círculo, que no quería repetir la historia y que quizá el estar en una escuela de tanto prestigio podría sacarla de ahí. Quizá conseguiría un mejor trabajo, o en el mejor de los casos, encontraría a alguien que la sacara de eso, alguien del circulo de la escuela. Decía que entre tanto niño bien, alguno podría ser el que la hiciera romper con ese lastre genético.
Comenzó a amanecer, Pablo le ofreció todo el dinero que tenía en pago por el tiempo, pero ella lo rechazó, y a cambio solo le pidió que la llevara a su casa, que estaba cerca de aquel barrio.
De regreso a su casa, él iba pensando en como hacía poco tiempo que él se había atrevido a traspasar las fronteras de la distancia y por voluntad propia, sin embargo Margarite desde su infancia había recorrido todo ese camino para ir a la escuela, para formar parte del mundo del que él estaba buscando alejarse.
Cuando llegó a su casa todo su mundo tranquilo se había tornado en caos, no podía sacar de su mente a Margarite, tenía la imperante necesidad de estar con ella, de no separarse nunca de su lado, de ser él el que la sacara de aquel ambiente... pensaba en eso cuando frenaba el carro frente a su casa, cuando frente a sus ojos, la presencia de sus padres en la puerta le indicaban que su hogar pacífico se tornaría en algo estridente... había roto la lineatidad de las ordenes paternas, había realmente traspasado los límites...
-Robaste mi auto Pablo, y ve a que hora estás llegando, ni siquiera fuiste para avisarnos en donde estabas, mucho menso para pedirnos permiso... no se que te pasa de un tiempo para acá, deja ya esa maldita cámara, te está transformando en un vago. Por lo que has hecho esta noche, te quitaré la cámara hasta que mejores tus calificaciones. Hace mucho que no te veo hojeando un libro, tus notas últimamente han dejado mucho que desear, sigue así y no llegarás a nada en tu vida.
-Quiero ser fotografo
-¿Estas loco? Serás ingeniero como mi padre, como yo, o por lo menos algo igualmente provechoso, eso de la fotografía es para esos mugrosos hippies que han invadido el mundo, comunistas, vagos y holgazanes idealistas...
-voy a ser fotógrafo ya lo decidí
-pues tendrás que trabajar por ello, pues mañana mismo empeñaré tu cámara y ese dinero lo invertiré para cuando reacciones y entres a una universidad decente. Yo no voy a tirar mi dinero, pagándote una carrera tan inútil.
-Váyanse al diablo, si se deshacen de mi cámara se deshacen de mí.

Pablo subió a su recamara sin decir una palabra más... se encontraba igual de desconcertadoy atónito que su madre pero esta trató de articular palabras para suavisar la ira de padre, pero no pudo, de hecho él cerró la boca con una gélida mirada que ni la muejre había visto nunca.
Pablo había hecho algo que nunca , gritar, maldecir y decretar en contra de la ley paterna. No había vuelta atrás, la perfección, la linealidad, se habían quebrdo “¿Qué hubiera pasado si hubiera callado como siempre?”. Es que nunca había tenido nada que decir, nunca había discordado con la visión de sus padres, hasta que comenzó a percibir el mundo através dlel lente de la cámara.
- Tiene exceso de equipaje joven, el sobre cupo ¿se lo cargo se lo cargo a su tarjeta o va a dejar algo? – interrumpió la señorita del mostrador de la aerolinea
- No, carguelo a mi tarjeta, me llevaré todo...
La mañana del primer pleito con su padre empacó su cuarto completo como si fuera una tortuga que necesita llevar a cuestas su caparazón: sus juguetes, sus libros, su ropa, sus fotos, revistas, chucherías, cobijas, sábanas, libretas de toda su cida escolar... después enviaría a alguien por los muebles, aunqeu él no sabía que sus padres no lo dejarían, pues esos muebles pertenecían a ellos, eso el nunca lo entendió, eran suyos, tantos años en su vida... le pertenecían...
Ese hecho provocó que Pablo nunca quisiera regresar a casa de sus padres y así, de esa manera tan estridente, Pablo renunció a ese mundo perfecto.
A partir de ese día no se separó de Margarite, dejó la escuela y consiguió un puesto como fotógrafopoco popular en Venecia y gracias a eso, pronto pudo mudarse a un departamenteo. Se mudó con Margarite, quería cumplirle su deseo de dejar el ambiente en el quela habái encontrado aquella noche.
Al principio su relación era muy intensa, pero no pasó mucho tiempo antes de que se tornara enfermiza y dependiente. Pablo no quería separarse de ella, solamente cuando tenía que ir a trabajar y ella tenía que ir a la escuela. Todo el tiempo estaba pendiente de lo que quería o de todo lo que pasaba con ella. No duraron mucho tiempo juntos y cuando su relación se tornó en un completo caos, Margarite dejó a Pablo. Ese mismo día Pablo empacó nuevamente todas sus cosas y se mud óa Grecia.
Ese fue el principio de la cadena de relaciones caoticas de Pablo, siempre acababan por abandonarlo, y cada vez que eso pasaba, él subía a un avión hacia cualquier parte del mundo. Viajaba con todo y su caparazón, el cual cada vez parecía ser más grande.
Era la primera vez que se subía a un avión sin haber sido abandonado horas antes por una mujer.
“Ellas no comprenden. Ninguna mujer ha entendido nunca. No es obseción como me han dicho, simplemente es amor, quiero estar con mi pareja cuando ella me necesite, que nunca sienta la horrible soledad, me entrego totalmente. No espero lo mismo, sólo pido que me dejen estar... maldita manía de solucionarles la vida...”. Eran los pensamientos inmediatos que aparecían en la mente de Pablo despúes del clásico azotón de puerta tras de la salida de sus parejas... “Ya no se volverá a repeetir, no volveré a dedicarle mi vida a nadie, nunca nadie será mi prioridad antes de mi mismo” y con ese pensamiento subió al avión.
Y en el aire, Pablo vuelve a desviar su sendero...
Conciente de que el viaje sería muy largo, comenzó a leer “el Muero “ de Sartré, pero cayó en un profundo sueño antes de ser ahogado con la ola existencialista.
Ante sus ojos se abrió un inmenso mundo luminoso y frente a él apareció un ángel que le decía:
-yo soy tu destino y tu complemento para realizar tu misión, mantén bien abiertos los ojos, hay muchos que quieren evitar que tu y yo coincidamos, que nos encontremos, mi nombre es Kum...
Su sueño fue interrumpido al sentir una textura desconocida bajo su cabeza. Abrió los ojos y en el asiento contiguo había una joven.
-Disculpa, ya se que este no es mi asiento y espero que no pienses mal, estaba sentada alla atrás y al despegar, algo me impulsó a buscar un lugar más enfrente y como por orden divina encontré este y sentí que era aquí en donde debía sentarme.. ya se que suena absurdo, quizá estes pensando que soy una... no sé... tu sabes... pero es que ni yo misma comprendo... pero bueno, yo creo en esas cosas de las corazonadas... por algo suceden las cosas ¿no? bueno... me llamo Margaret.
Pablo practicament eno prestó atención a lo que aquella joven le decía, solo se quedó mudo ante el parecido que esta tenía con Margarit. Tez blanca, ojos grandes y azules, una larga cabellera rizada y rojiza. Sintió un extraño miedo por aquella presencia y después de reaccionar un momento, el desconcierto llegó al hacer conciencia de que estaba soñando con un hombre, aunqeu fuera un ángel, diciendole que él era su destino...
-si te molesta mejor me cambio de lugar...
-No, espera, lo que pasa es que te pareces mucho a alguien que conocí hace tiempo... Me llamo Pablo.
-Podráis decirme a quién te recuerdo, digo, solo para romper un poco el hielo.
-A la primer mujer de la que me enamoré ...
-Espero que haya sido un abuena relación, por que si no te vas a predisponer.
-No, de hecho no lo fue, pero pensandolo bien, creo que si no hubiera sido por ella, nunca hubiera roto la burbuja en la que vivía. Jajaja, nunca lo habái visto así, si, fue una buena relación. Tienes razón, las cosas pasan por algo.
-Que estupida, mejor olvidalo... precisament evenía pensando en sacar a todos los hombres de mi vida por una larga temporada y no volver a involucrarme con nadie y mirame aquí contradiciendo más de una semana de conclusiones, en serio que no se por que me cambié de lugar...
-Jajaja parece como si hubieras estado leyendo mis pensamientos.
-¿Con respecto a lo estúpida que mestoy viendo?
-Jajaja no, con respecto a que yo también venía pensando en dejar de involucrarme en un muy buen tiempo.
-No me digas, te has topado con puras mujeres celosas, posesivas o algo por el estilo y que acaban diciendote que ellas solo querían entregarte su vida y ahora resulta que quieres recuperar tu libertad...
-No, al contrario, al parecer el posesivo soy yo, aunque realmente no tiene nada que ver con lo que dices, yo solo he querido estar cuando se me necesita. Digamos que no se quien diablos me metió en la cabeza que mi misión es cumplir los deseos de todos...
-Jajajaj ahora resulta que eres un principe azul que se equivocó de época.
-Pues aunqeu te rias, yo siempre he creido que debería de haber nacido en la época de los caballeros , castillos, princesas, en donde el honor era una gran virtur y las mujeres se dejaban cuidar...y... cursilerías por el estilo, como se ven ahora.
-No te creo, esa es una manera barata de tratar de conquistar a alguien, sobre todo cuando este alguien cometió el error de decirte como presentación sus conflictos personales en turno.
-Ah ya entendí, yo creía que tu caso era el de haber tenido parejas posesivas y celosas, y que en realidad esabas viajando para liberarte de ellos.
-No, al contrario, digamos que tienes cara de ser el típico hombre que no soporta que su pareja esté todo el tiempo con ella tratando de hacerle la vida m´s fácil y lacentera y que toma esto como una manera de cuartar su libertad.
-Pues siento descepcionarte pero soy todo lo contrario y afortunada o desafortunadamente creo que te ahs topado con tu reflejo.
-Pues bien querido principe, ¿qué te trae por estos aires?
-Pues, voy a Tailandia a buscar trabajo y huyendo de la filosofía amorosa occidental ¿Cuál es tu caso?
-Pedí mi traslado en el periodico enel que trabajo, quiero hacer fotoreportajes de diversas culturas de oriente. Pero la sede del periódico está en Bankok.
-Mira que casualidad, yo también soy fotografo.
-Estoy comenzando a desconfiar de que esto no sea una tecnica trillada de conquista...
-No, creeme, como don juan soy pésimo, así qu esi eso estuviera tratando de hacer y resultara, serías la primera persona en mi vida que conquisto siendo yo mismo.
Pasaron 12 horas, cuando de pronto Pablo se descubrió totalmente deslumbrado por la oportunidad de intentar algo con alguien y que ese alguien embonara tanto con él. Tan ciego se encontraba qu eredujo a lo mínimo la importancia que pudo haberle dado al breve sueño que había tenido.Tan ciego que es su mente apareció la frase trillada de “quiero pasar toda mi vida con esta mujer”.
-Ya casi llegamos a Narita, dejame ir a mi lugar por mi maleta, no tardo.
“Si, ya se, estoy loco, pero creo que por primera vez en mi vida creo que este impulso no será tomado como una obseción, ella es muy similar a mi y no quiero después arrepentirme de no haber visto esta oportunidad. Si, cuando lleguemos a Bankok le sugeriré qu ecompartamos el departamento, digo, a parte así amboa ahorraremos gastos y podremos ir viendo si las cosas resultan. Espero no estarme presipitando mucho... ¿Qué puedo perder?”.
-Estoy lista, pero antes de bajar del avión... ¿cómo te lo digo?... Bueno, que puedo perder... ¡tienes a donde llegar en Bankok?
-Este... no, de hecho... había pensado...
-No quiero sonar precipitada, pero pensé que quizá podriamos compartir un departamento... ya se que suena apresurado, no me conoces ni nada, pero bueno... digo, así ahorramos gastos y pues siendo una ciudad nueva apra los dos, pues... no sé... ¡Ay... olvidalo, perdón, no se que estoy diciendo... que estupida!
-¡No digas eso! De hecho yo estaba pensando en proponerte lo mismo, en serio y es genial que también te agrade la idea, digo,así no será tan dificil enfrentarnos a esta nueva vida ¿no?.
-¿No lo dices por no hacerme sentir mal? En serio no te sientas comprometido, de hecho pensandolo bien si me oí muy aventada al proponerte algo así... no hay problema si te resulta una locura...
-No hablemso más del asunto, es un hecho ¿De acuerdo? Es mejor dos contra el mundo que uno solo ¿No?.
-Si, ok, es un hecho...
-Estrecharon sus manos como si entuvieran haciendo un pacto, pero aun despues de acabado eso, no se separaron. Sólo se acomodaron para abrocharse el cinturon pues las señales sobre sus cabezas y la voz del piloto indicaban que en pocos minutos aterrizarían en Narita, Japón.