1.21.2009

el reencuentro... (parte III)

buenos días a mi…

se me hace que va comenzando, desde que me desperté lo estoy pensando, curioso, voy haciendo una idea del proceso, que curioso, soy muy cerebral a veces para asumir y experimentar lo que vivo, como escribí hace tiempo, pienso demasiado como para prepararme para todo y que no me agarre desprevenida y finalmente, siempre acabo sin tener el control, pero no me imagino que sería si no lo hiciera así…
aunque realmente ahora es prueba y error, por que nunca había estado en estas circunstancias, me refiero al hecho de que haya sido una relación tan larga, con alguien como él, de que me hayan cortado, la manera en que terminó todo, el hecho de que estoy viviendo sola y trabajando… no sé, todo tiene características propias que no sabría como tener precedentes.
Regresé al café azul a desayunar, ya estoy aquí, ya quiero regresar, ahora si que a ver que pasa… ja, es curioso, no sé cómo me va a llegar, no se cómo me va a caer el veinte, es como si estuviera expectante de que me cayera una ola de sentimientos que me derrumben, pero también siento que va a ser día a día, detalle a detalle, momento a momento, lugar a lugar…
Ahora me desperté con una inmensa tristeza, admirándolo, admiro el valor que tuvo para decidirlo, digo, generalmente cuando yo pido una separación es en opción de darnos tiempo (o dármelo a mí) y que mejoren las cosas, a demás por lo general, ya es algo obvio o necesario para como están las cosas. Pero él tuvo el valor de terminar todo cuando aparentemente estaban bien las cosas, había la idea o estúpida esperanza (o por lo menos de mi parte por lo que él me decía) de mejorar las cosas y sin previo aviso tuvo el valor de terminar.
Claro que las cobardías que hizo después le demeritan, pero sinceramente espero que tenga el mismo valor para mandar al diablo el trabajo que tiene y que tanto le caga. Sería bueno para él romper todos sus puntos de confort y enfrentarlos hasta sus últimas consecuencias. Todo eso lo haría crecer tanto… ya rompió su 1er punto de confort, a ver con cuál sigue… lástima que no voy a estar ahí para presenciarlo…
Se me había olvidado escribir sobre el momento que viví ayer cuando esperaba en la recepción del hotel. Entré y había dos niñas huicholas y en cuanto entré me preguntaron mi nombre y me dijeron “tómanos una foto, a mí hermana y a mi, luego una de ti con nosotras” y les pregunté que si tenían cámara o que si con la mía y saqué la mía obviamente. Estuvieron tomando fotos con ella, se tomaron unas de ellas, ¡pero fue por que ellas me lo pidieron! Por que no soy de tomar fotos de indígenas como si fueran artesanías o algo asi… y después de que estuvieron tomando fotos con mi cámara me pidieron que les diera dinero por haberles tomado fotos… ja.
Que loco que pase eso, que les enseñen a vender su imagen y ponerse en pose y todo el rollo… curioso, realmente curioso. No me gustó y menos que me timaran así… ja.
Bueno, ok, una nunca sabe en dónde acabarán esas fotos ni cuánto ganará el fotógrafo por ellas y pues realmente 10 pesos es una cantidad muy baja si consideramos eso. Precisamente frente a mi hay una mujer huichol con su hijo en brazos amamantándolo… no se si me falta algo como fotógrafa, pero no me atrevería a ir y tomarle una foto, se me haría una intromisión, pero para muchos sería una oportunidad de oro. Ok, si hay que hacer ese tipo de cosas para ser una buena fotógrafa, yo hace tiempo que acepté que no lo era.
Es tiempo de estar sola, hace mucho tiempo que no lo estoy y creo que es tiempo, sé que será difícil, muy difícil enfrentarlo, pero es necesario.
Estuve a punto de irme a las 12, de rpente me entrpo una urgencia por regresar, pero el destino, ese en el que no creo, me hizo llegar puntualmente a las 12 al autobús y resulta que este salía 15 minutos antes y no me pude ir… ni modo, a las 3:45 pero llegaré a las 3:30.
Estoy en el palenque, para variar se llena de gente a cada rato y no me dejan tomar fotos a gusto, ja. Soy una pinche egoista mamona, lo admito, pero qué le hago.
Descanso entre muertos, por fin el silencio, a excepción del esporádico sonido de un guajolote o del viento.
Silencio, este día ha sido casi de boca zurcida.
Dicen que el humano en promedio dice quién sabe cuantos miles de palabras en un día… ¿qué pasa si no las dices? ¿qué pasa con la deuda diaria? ¿se va acumulando en la mente y la garganta hasta que estalla en una verborrea? ¿ayuda para evitar esa fermentación el tintar las palabras no dichas?
Horas más tarde… llegado he… ahora empieza lo bueno…
Fin

1.12.2009

el reencuentro... (parte II)

29-12-08
Amanece en Monterrey, el sol baña la ciudad, se empieza a filtrar por las percianas de la casa, todo es como cualquier domingo, mamá prepara el desayuno mientras los niños se levantan a jugar, Toto despierta de una desvelada larga casi al medio día, él abre los ojos sintiendose libre, la luz se cuela por las cortinas, juno y rayito se desperezan, se estiran y corren al cuarto… todo es como siempre, pero yo huí de madrugada…
El sol me alcanza en Matehuala, casi sin dormir, salí corriendo como para que no me alcanzara la tristeza, pero entre el coraje alcanzó a darme varios zarpasos… especialmente cuando me rendía y por momentos, el sueño acariciaba mis ojos…
Yo tampoco soy la misma, ya una vez que dejé de moverme, me detuve en Real de 14 a esperar a que me alcance la chingada…
No soy de huir por huir, por que se que de mi mente ni en vigilia puedo huir. Pero ahora n oquería que mi mente se diera la oportunidad de dejarse envolver dentro de un lugar compartido, una ciudad compartida…
-“¿a Real de 14? ”-
- Si
- ¿de paseo?
- Si (huyendo)

Por decidia me ganaron el cuarto en el meson de la abundancia, pero el Hostal del conde me hospedó, auque aun no es hora y mientras, como algo en “el café Azul”. El “Cactus” está cerrado aún.
Quién diría, soy una persona de costumbres, para ciertos lugares, Guanajuato y Real son los lugares que busco y deseo encontrar sin mucho cambio. Y sin embargo, hoy lo siento y me siento diferente en él. Casi no lo recordaba. Está vacío comparado con la última vez que vine hace 5 años con él, el que ya no me ama, el que me recordará con “cariño”… lucho por no llorar y no puedo, será el cansancio.
Quisiera que mi celular no tuviera señal. Ok, que facil sería apagarlo… pero quiero saber que si me ahogo, lobsang estará aquí.
Me resisto a hablar de él, aunque en mi mente no haya otra cosa la mayor parte del tiempo.
El porque de acostumbrar ciertos lugares es porque en algún momento me sirvieron para tintar, o de refugio, o me dieron tiempo para respirar…
Me la he pasado del odio al amor, pasando por tristeza, nostalgia, violencia, coraje, análisis, y aún no es medio día.
El don del anonimato, hablar de nimiedades con la gente me distrae y oigo mi propia voz, suena diferente, más suave, más baja…
Muero por una manzana, desde que llegué a Matehuala que compré una barrita que me costaba pasar, casi lo mismo que estos molletes, que si no fuera por el americano, ya me hubiera ahogado.
Ja, de repente me veo desde fuera y doy pena, pero espero que nada que un baño no pueda arreglar.
Que extraña sensación, tan expectante, tan emocionante, tan vívida. Espero ver nevar… el ansia…
Por fin el hostal del conde me abrió sus puertas y fue una grata sorpresa, casi me recuerda el 1er cuarto del mesón del rosario, tiene balcón a la calle, una cama innecesariamente grande, un buen baño (que desearía que fuera tina para que fuera perfecto), y hasta tele, ja.
Es de esos momentos en que estoy bien, me siento un poco cansada, pero estoy bien… no se si dormir un poco o bañarme… quiero una botella de vino para consagrar… chingado, por que la dejé enfriandose en mi refrigerador…
Cómo me relajó el baño… a punto estuve de posponer mi salida, pero las garras por momentos me sorprendieron, así que opté por salir… dudo que neve, sólo hace frio…
Fui al panteón, extrañamente opté por llevar a Héctor Zazou de trip soundtrack, y me acompañó todo el camino. Repetí fotos, lo admito, me gusta hacerlo, creo que cada vez ha sideo con una cámara diferente. Por momentos, solo por momentos, la sal líquida se asoma, es una ventaja traer lentes oscuros. Ahora me llaman la atención las pequeñas tumbas, esas a raz de piso, esas olvidadas, esas austeras. La iglesia del panteón sigue igual, ni más ni menos desgastada.
En el camino de regreso me cruzo con la iglesia de San Francisco, las promesas tapizando las paredes de sobremanera, ahora llamaron mi atención las trenzas ofrecidas.
Y a la salida un baile de la región. Qué festivo…
De ahí, directo a la mina y al pueblo fantasma… a pie, sin parar, si eso no purga mis males no sé que lo hará. Creo que la sal líquida se filtra por los poros y no por las cuencas oculares. Los magueyes estaban a punto de florecer, pero ahora eran un alargado botón… creo que rompí record, hice media hora a la mina vertical, que estaba sospechosamente bloqueada, no se si por seguridad o por que ya eran demaciadas las rocas que ya se habían aventado.
La intromisión de mucha gente a caballo me impidió disfrutar las paredes que alguna vez robaron mi epidermis, pero al regreso al pueblo fantasma cumpliré el ritual.
Ahora, en el interior del pueblo fantasma, en ese lugar en el que hace años, Caín, Rabito, Gogo, Jonás y yo hablamos con el venado. Mi dirección fue directa y los visitantes han subido varias veces, pero aunque extrañados por mi presencia, no han hecho comentarios en el momento, es más casi podría decirse que reaccionan como ante la interrupción de un momento intimo.
Hace cada vez más frio, me confié del sudor de la subida y probablemente pasé frio. Aquí también repetí fotos, no lo pude evitar.
Estoy sorprendentemente tranquila, es el cansancio, estoy conciente de mi realidad y de que esta solo es una pausa fuera de la cotidianeidad.
Necesito moverme, buscar un lugar para leer Chumacero en voz alta y quizá liberar un poco de sal líquida. Un momento quizá un solo momento y parezco el ser más apático y antisocial y poco ameno. Prácticamente ni me inmuta la intromisión de otros, que suben brevemente, no se si por no interrumpor o por que realmente aquí no hay nada que ver.
Parece que han llegado y están por irse las últimas visitas, estoy en la parte más alta del pueblo fantasma, el viento está helado, pero el sol, a punto de ocultarse me ilumina y me intenta calentar, no tengo mucho tiempo para leer por que el sol se mete rapidamente.
De regreso a la mina horizontal me perdí, todo por ir viendo las piedras, fui por un camino que no conocía y por momentos me entró el pánico, salí a la mitad del camino para ir a la mina y tuve que echarme lo que me faltaba corriendo.
Estoy ya en el cuarto, en el balcón que da a la calle, recién bañada, acompañada de Héctor, de unos indios y mi inseparable viejo diario.
En la mina solo pude leer un poco a Chumacero por que el frio no dejaba que me saliera la voz y empezó a oscurecer, así que me tuve que regresar y todo el camino lo fui pensando, o lo que fue, lo que eramos, y si se atravezaran varios insultos, varios bufidos (entre el cansancio y el coraje) varios suspiros, pero la sal líquida me seguía saliendo sólo por los poros. Me acordé, entre otras cosas, cuando me preguntó que qué me gustaba de real, que él no entendía eso de encontrarse a uno mismo, y ahora podía darle la respuesta… no es cuestión de encontrarse a un mismo, sino que te encuentras solo, sin distracciones cotidianas, oyendo tus propios pensmientos orillados por la soledad, el cansancio y el don del anonimato. Y cada quién lo experimenta de diferente manera, así como la soledad en general.
Me resguardo temprano en mi cuarato para ver qué fluye. Cuando me estaba bañando lo pensé… su tacto… y un nudo me cortó de repente la respiración, pero otra vez el enojo impidió que llegara a más. Incienso y vela eran mis compañeros en el cuarto de baño… y pensar que dejpe de usar incienso por que a él le molestaba…
Mi balcón da también a la torre de la iglesia.
Digamos que vine también para juntar fuezas para enfrentarme al retorno.
A la pérdida, al recuerdo, a la ofenza, al tiempo, a la distancia, a las preguntas, a las cuestiones ajenas, al año nuevo, a la vida nueva, a la ciudad, al dolor, al duelo, a la ausenciaal coraje, a mis juegos mentales, a mis reproches mentales, hacia mi, hacia él, a los cambios, a las oportunidades y opciones, etc…
Hace rato, cuadno venía bajando de la mina, apareció el 1er autoanálisis y es un juego en el que me va a costar no caer, pero hay otros muchos juegos emocionales y mentales que pueden ayudar… no me pienso fugar, por que de nada sirve y es como llegar a un punto alto de algo y de repente quitar la base y caer en picada sin red, y eso es precisamente lo que me pasó con él como para hacermelo a mí misma.
Sentada en el balcón me recuerda cuando me sentaba en el balcón de mi cuarto en Gto y de repente un día apareció alguien bajo de él y me invitó a bajar y beber… fue muy chido ja… eso fue precedido de una rosa, una viuda y una buena noche…
Hace mucho que no me ocurren ese tipo de momentos mágicos.
De repente me descubro discutiendo en mi mente con él, o preguntándole porqués, o hablandole…
Analizo todo el día de ayer y como todo de estar bien (que no excelente como según yo en días anteriores) y me sorprende como en minutos todo acabó tan mal, con chismes y 3os incluidos.
Ayer borré todos sus mensajes, reenviandole la mayoría antes, como una manera de liberarme de esos recuerdos y pasárselos, algunos recientes y otros de hace tiempo, años incluso. Pero los recientes eran los que más me herirían… tiré su cepillo de dientes…
Recuerdo que cuando comenzamos, el decía que yo iba a terminarlo a él usando de pretexto de que es “lo mejor para el”…
Creo que ya estoy entrando en ee lado oscuro, pero que más da, más que purgar y deshollinar…
Tengo frio y me resisto a cerrar la puerta del balcón…
Llevo prácticamente 36 horas sin dormir, admito el miedo que me da el recostarme en la cama y dejar llegar el sueño…
Ya le encontré un contra a la imagen de la torre de la iglesia desde mi cuarto, cada 15 minutos suenan las campanadas.
Recuerdo que Toto me preguntó
-¿qué vas a hacer?
- por lo pronto irme a real de 14
Creo que en este proceso no puedo precipitarme y si no se como voy a enfrentar ciertas cosas, pero ahora si que sobre la marcha. El frio ya no me deja ecribir…
Se supone que me debería estar llevando la chingada como ayer y eso me asusta…
Ya decidí cerrar la ventana y meterme al cuarto…
No hay nada mejor para exorcisar los demonios que el baile erótico con la pared y música de Zazou… está reviviendo la sensualidad en mí en esta experiencia, nunca había visto a Zazou con estos ojos, con esta piel… me estoy redescubriendo como un ser hermoso en todo y mis nimiedades de defectos y hasta me dedico una canción “She´s like a swallow”.
Buenas noches a mi…
Continuará…

1.11.2009

el reencuentro... (parte I)

Es curioso que este doloroso proceso de reestructuración poro por poro de adentro hacia afuera, me haya llevado a un causal reencuentro con la persona más importante de mi pasado, o en si de mi vida…
Con este reencuentro, descubro como si fuera una luz cenital, cuanto debo y puedo aprehender de este ser, redescubro tinta a tinta a un ser que aparentemente ajeno, pero que a cada latido reconozco como aún habita en mi...
Me sorprende cuan admirable y fascinante es para mi ahora, después del tiempo y que poco me daba cuenta de ello en aquella época... podría decir incluso que le ha devuelto el fluir al aliento entrecortado y contenido de los últimos reptares de arena...
Nunca le quites la esperanza a un hada, por que es como cortarle las alas de tajo…
Y hablando de reencuentros con años de diferencia en percepciones...
Real de 14
I-II-98 (1:30am)

Por fin un destino, mi cerebro no puede esperar más. Huyo, no se de qué, pero como de costumbre me estoy asfixiando, los lazos se desgastan, me aferro y eso es impermitible.
“Como de costumbre” malditas 3 palabras, espero encontrar más símbolos, fetiches o quizá sólo un breve exilio.
Debo agradecer a Oscar el empuje, su compañía y protección, el reencuentro y la fuga. Nuevamente juntos, nuevamente a ti, gracias.
He dejado esperando a carreteras, el destino, Real de 14, no es la espera, sino la expectativa lo que me desgasta. No se a que voy… Carpe Noctem
Llegada 2:30am
La infanta ha callado a la senil, juego y me dejo sorprender, exploro y me arriesgo.
El pueblo fantasma… mi eterna panacea. Aquí se burla al tiempo. Concentrado en brevedades eternas, ida y vuelta de recuerdos y deseos. Ocho bloques de arena, quizá voy y vengo, envejezco y rejuvenezco. Pienso y no olvido, escribo.
Allá nos burla el tiempo, longevo, insuficiente, ausente. Pasividad sedentaria, espesa, estridor incesante, y al final, todo sigue igual, el tiempo nos burla y los surcos en la epidermis nos gritan “¿puedo llegar? Debo llegar”.
2-II-98
Llegada al cerro del quemado póstuma a una exhaustiva caminata
El cerro está nevado, hielo como por exigencia del cuerpo, hielo que me quema las manos.
Los cerros se desgajan en púrpuras.
Mi piel se cuarta de gélidas, y mis manos huelen a naranja.
La piel del cerro grita, se siente su vida demasiado concentrada y si te recuestas es comí si aquella inmensa conciencia te traspasase.
Mi garganta desnuda los gritos asfixiados hasta vaciar mis pulmones. Mi rostro se llena de sal líquida.
Por un momento salgo de mi y soy sólo energía que se mezcla con el viento, la tierra y la nieve… quedarme flotando en este lugar y desde hoy permanecer sin ser vista, sin volver a otro lugar, sin ninguna corporalidad.
Regreso… no desperdicio aliento al aire…
Minimemas…
El sol calcina algo que he olvidado.
El adobe caído cuenta historias que vuelven polvo mi senectud, la infanta las escucha, juega y ríe para esconderse de la nada. Grita, suspira, hay brillo en sus ojos. Los lindes de cosas viejas y nacidas se mutan en un juego frenético… pausa… las cenizas flotan en el viento que susurra cálidamente en mis oídos, robando un suspiro, una sonrisa.
Nieve, sal en el rostro, un grito se entrelaza con el respiro del viento, formando un melódico suspiro humano-natural, flotando entre espinas, ramos, laja de colores y magueyes.
Me entierro en la planicie circular. Ya no soy, los que han habitado aquí penetraron por mis poros hasta desglosarme. No hay epidermis ni cuerpo, floto, me amalgamo con la tierra, con el aire, con la laja, con a nieve.
Me vuelvo éter brillante, mi carga se aligera, mientras, me muto en todo, no vuelvo nunca, ya no vuelvo nunca.
Pienso que no se pensar, que hace tiempo que la piel de mis recuerdos no encontraba reposo en la nada. Hace tiempo que los gritos estridentes y lacerantes de los rostros olvidados no callaban.
El viento exprime mis pensamientos murados en cálida sal en mi rostro, sobre el contorno de mis labios dibujados con la sutileza de una sonrisa.
3-II-98
Después de la precipitación en la mina donde él aferró mi morral a una imposible piedra… gracias otra vez.
Pueblo fantasma, despedida.
Aquí estoy, sentada en los bordes de lo que fuera una mina. Desglosando el casi silencio total. El viento no es tan estridente ni gélido como o fue, casi puedo percibir el silencio total, sólo invadido por momentos con el vuelo de un ave, el movimiento de los árboles, el roce del viento contra todo, el encender un cerillo, como se consume y truena el tabaco, el paso de una página a otra, las caricias de un bolígrafo a una hoja… y mi respiración.
El viento me susurra su cálida despedida.
Seguiré esperando que se desmorone el día.
Te palpo laja a laja por tus lindes agudos y tu nostalgia expectante.
Te acaricio borde a borde seduciendo el tiempo que guardas celoso.
Y te pido que me rasgues la epidermis, te reusas hasta que el placer subleva tu razón de años y guardas sobre mis poros tu recuerdo.
Qué más da una porción de líquido púrpura por la paz que has enterrado en mi piel.
Te comprendo, te has caído de dolor, seco, triste, lamentando haber sido voluptuoso fruto tras la flor y nadie te ha probado.
Te fermentas en ti sin que nada más que los gusanos te penetren. Te secas lejos de aquel seno materno entre insectos, ya sin nada, seco fruto, solo la cáscara encorvada y calcinada por el sol.
Ciega ardiendo tu piel añeja, tapa el agua gélida del invierno en ti, como el rostro que no ha terminado tu calidez.
Atardecer luminoso, abigarrado y magnánimo, no podría describirlo con mis visiones y sentimientos de recién nacida.
Medio cielo estrellado y oscuro, un azul marino que se despinta hasta los últimos rayos del sol que incineran con violeta, amarillo y rojo fuego, los lindes incendiados y atiborrados de calidez.
El frío me abraza, una pausa, después, el estridente y gélido viento. Nieve, neva ligeramente, fragmentos fríos de las estrellas se precipitan lentamente sobre todo, sobre mi. Se paraliza la imagen sobre mis pupilas hacia un rincón de mi alma.
Me despido con el mismo aliento que recitó a Sabines y Chumacero.
Adiós, es tiempo de volver.
Junto con todo el sudor que he emanado, se filtran todas esas neblinas. Tengo una energía tan pura en mi, algo ocurrió en el quemado que aun no asimilo, pero se que habita en mi.
Continuará…